Cuando vamos a comprar al supermercado, siempre intentamos calcular lo que debemos comprar para evitar que los alimentos se estropeen o se estropeen antes de que los hayamos consumido. A veces pensamos que si metemos ciertos alimentos en la nevera, su vida se alargará y se mantendrán frescos durante más tiempo. Sin embargo, hay ciertos alimentos que, guardados en la nevera, pierden todas sus propiedades y se estropean mucho más rápido.
Manzanas
Las manzanas son un producto nutritivo y saludable, que contiene muchas vitaminas, nutrientes y mucha fibra. También es una fruta muy saciante para comer entre horas, por lo que no tendrás hambre hasta el almuerzo. Las manzanas se conservan de una a dos semanas a temperatura ambiente, pero deben guardarse siempre separadas de otras frutas, ya que el gas que desprenden puede hacer que otras frutas se estropeen más rápidamente. Y, por supuesto, nunca deben guardarse en el frigorífico, porque aunque tengan buen aspecto por fuera, pierden sus nutrientes y su delicioso sabor.
Aguacate
Los aguacates son uno de esos superalimentos que todo el mundo debería comer. El aguacate es una fruta rica en ácidos grasos omega-3, que ayudan a nuestro organismo a reducir el colesterol malo. También contiene mucha fibra, que llena mucho y ayuda a ir al baño con regularidad y a reducir los niveles de azúcar en sangre. Si quieres mantenerlas frescas durante más tiempo, no las metas en la nevera, ya que se secarán más rápido y perderán sus propiedades; es mejor conservarlas en un lugar fresco y seco.
Plátano
El plátano es la fruta estrella en todos los hogares; es fácil de comer y transportar y aporta a nuestro organismo muchos nutrientes como potasio, calcio, hierro, magnesio y sodio, además de vitaminas y fibra. Tiene un efecto saciante y ayuda a llegar a las comidas sin recurrir a los alimentos que engordan. Para que los plátanos duren más, no los pongas en la nevera, ya que de lo contrario se pudrirán más rápido. Contrariamente a la creencia popular, se conservan mejor a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco.
Perejil
El perejil es una hierba aromática que todo el mundo conoce y utiliza para aromatizar alimentos, hacer té, infusiones, etc. Los beneficios del consumo de perejil son numerosos: es diurético, ayuda a la digestión, alivia los dolores, mejora la respiración, es antioxidante y contiene diversas vitaminas. El perejil sólo es eficaz cuando se consume fresco, de lo contrario es menos efectivo. Para mantenerlo fresco, es mejor conservarlo fuera del frigorífico en un vaso con agua.
El pan
Todos comemos pan de una forma u otra, como pan, en trozos pequeños o en rebanadas para los sándwiches. Las posibilidades son infinitas y es un complemento delicioso para nuestras comidas. Por supuesto, la textura y el sabor del pan tienen que ser correctos, de lo contrario parece que estás masticando un chicle insípido o, en el otro extremo, que el pan es duro como una piedra. En definitiva, para conservar mejor el pan y que no se ponga viejo o duro, no debe guardarse en la nevera, sino preferiblemente en un lugar fresco y seco y siempre sin bolsa.
Zanahorias
Consumidas crudas, las zanahorias tienen tantas propiedades que apetece comerlas enseguida. Son ricas en fósforo y potasio, ayudan a la fatiga mental, son un potente antioxidante y mejoran la visión, el cabello y las uñas. También reducen el riesgo de cataratas y previenen el cáncer. Para obtener todos estos beneficios de las zanahorias, lo mejor es guardarlas en un lugar oscuro, fresco y seco. En la nevera, sólo se pudrirán y perderán sus propiedades mucho más rápido.
Cereales
Puede parecer una locura, pero hay gente que guarda los cereales en la nevera, sí. Nunca debes hacerlo, porque los cereales pierden rápidamente su textura crujiente debido a la humedad del frigorífico. Entonces se vuelven blandos y húmedos, y los copos de maíz no son buenos, los copos de maíz deben ser crujientes. También pierden sus nutrientes en la nevera debido al frío. La mejor manera de conservar nuestros cereales frescos durante más tiempo es mantenerlos en la bolsa, cerrados con un clip, en un lugar fresco y seco.
Cítricos
Los cítricos son las naranjas, las mandarinas, los limones, las limas y los pomelos. Su consumo generalizado los convierte en el cultivo más extendido del mundo. Son una fuente de vitamina C y un potente antioxidante. No sólo son deliciosos en su estado natural, sino que también son muy utilizados en la cocina. Para que se mantengan frescos, no pierdan su sabor y textura y conserven sus vitaminas, no deben guardarse en el frigorífico, ya que de lo contrario se secarán y perderán su jugo. Y, por supuesto, pierden sus maravillosos nutrientes. Lo ideal es conservarlos en un frutero a temperatura ambiente.
Café
El café es otro de los grandes productos que tomamos a diario en casi todos los hogares y en todas las partes del mundo. Es un poderoso antioxidante, ayuda a quemar grasa, te mantiene despierto y es delicioso. Tanto si se consume molida como en grano, es mejor guardarla en un lugar oscuro, fresco y sin humedad. En el frigorífico, sólo se apelmaza, se humedece y pierde su delicioso sabor y sus nutrientes. Mejor dejarla fuera y disfrutarla al máximo.
Pepino
El pepino es una hortaliza con un sabor fuerte muy característico. O lo amas o lo odias, no hay término medio. De hecho, es una verdura que contiene mucha vitamina B y silicio, que fortalece nuestras articulaciones. Los pepinos que se guardan en la nevera se pudren más fácilmente, se vuelven blandos y pierden su sabor y sus nutrientes. Si quieres consumirlo fresco, crujiente y sabroso, déjalo a temperatura ambiente en un lugar donde se mantenga fresco y sin humedad.
Huevo
Los huevos nunca están refrigerados en los supermercados ni en las tiendas, y cuando llegamos a casa los metemos automáticamente en la nevera sin saber por qué. De hecho, no hay ninguna diferencia, los huevos no pierden sus propiedades, ni por dentro ni por fuera. Sin embargo, la cáscara es muy porosa y no es aconsejable lavarla antes de meterla en la nevera porque pueden entrar gérmenes. Los huevos son una de las fuentes más completas de nutrición y contienen vitaminas C, D y E, así como mucho fósforo y hierro.
Harina
La harina es un producto que utilizamos mucho en la cocina, ya sea para el pan rallado o la masa, para espesar salsas o para hacer pasteles o galletas. Forma parte de nuestra dieta desde el nacimiento y es una fuente de fibra y vitamina B. Para conservar sus nutrientes y su textura natural, lo mejor es guardarlo en su vaso de papel cerrado con pinzas en un lugar fresco y seco. Si lo metemos en la nevera, se vuelve húmedo y pegajoso y pierde sus nutrientes, su sabor y su aroma.
Frutas tropicales
Las frutas tropicales como el mango, el kiwi, el melocotón o el albaricoque no deben guardarse en el frigorífico porque el frío hace que maduren mucho más lentamente de lo normal y pierden nutrientes, textura y sabor. Además, se pudren mucho más rápido en el frigorífico, por lo que es mejor guardarlos en un frutero a temperatura ambiente para que conserven sus cualidades el mayor tiempo posible. De este modo, podrás disfrutarlos al máximo y beneficiarte de todas sus vitaminas.
Ajo
El ajo es una excelente especia para nuestros guisos y platos, ya que les da una fragancia y un sabor únicos. Pero si queremos que el sabor y el olor permanezcan, debemos guardarlo fuera de la nevera en un lugar fresco y seco. Si ponemos el ajo en la nevera, pierde su consistencia y se vuelve duro; la humedad también puede hacer que se enmohezca, lo que a su vez puede hacer que germine y forme brotes verdes. Para conservar sus propiedades y disfrutarla al máximo, es mejor hacerla en el exterior.
Miel
La miel es un producto natural elaborado por las abejas y no es necesario añadirle ningún aditivo o conservante para mantenerla fresca. Debido a sus propiedades, se puede conservar sin ningún ingrediente adicional y se mantendrá durante mucho tiempo. La miel debe conservarse a temperatura ambiente para que su consistencia y sabor no cambien y pueda disfrutarse plenamente. Si la pones en la nevera, verás que la consistencia cambia porque el frío hace que el azúcar de la miel se cristalice y se endurezca.
Salsas picantes
Si te gusta el picante, probablemente tengas en casa varios botes de salsas picantes o salsa Tabasco. Estas salsas combinan perfectamente con cualquier tipo de comida o guiso. También con patatas fritas o como guarnición de cualquier entrante. Para conservarlos adecuadamente, debe saber que no es necesario refrigerarlos, incluso después de abrirlos. Contienen, entre otras cosas, vinagre, que es un conservante natural, por lo que sólo debe guardar los tarros a temperatura ambiente y fuera de la luz solar directa.
Mermelada
Seguro que tienes un bote de mermelada abierto en la nevera desde hace años. La mermelada es uno de esos productos que se abren para comer y luego suelen olvidarse. La buena noticia es que la mermelada contiene un conservante muy potente, el azúcar, y al igual que la miel no necesita ser refrigerada por ese motivo, la mermelada tampoco. Puede guardar el tarro en un lugar fresco y seco para evitar que el producto se cristalice.
Ketchup
El ketchup es, sin duda, la salsa de la vida y está deliciosamente basado en el tomate. Se puede utilizar en patatas fritas, hamburguesas, filetes o ensaladas, en definitiva, es un condimento perfecto. Además, no es necesario conservarlo en el frigorífico porque contiene aditivos que hacen que dure mucho tiempo sin tener que guardarlo en la nevera. Puedes guardarlo en el armario durante mucho tiempo sin preocuparte y seguir disfrutando de su sabor y propiedades. Sin duda un producto estrella en su dieta.
Melón
Los melones y las sandías son frutas de verano, están acostumbrados a las altas temperaturas y favorecen su maduración. Cuando los adquirimos en el supermercado, ya han alcanzado su punto óptimo de maduración y no es necesario meterlos en la nevera, ya que se conservan muy bien a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco, sin que les dé la luz solar directa. Sin embargo, cuando los abramos, debemos guardar las sobras en la nevera y cubrirlas siempre con film transparente.
Aceite de oliva
El llamado oro líquido es un producto muy apreciado en todos los hogares, parte esencial de la dieta mediterránea por su increíble sabor y sus versátiles propiedades. La mejor manera de conservarlo, así como todas sus propiedades y nutrientes, es mantenerlo en un frasco de vidrio a temperatura ambiente en un lugar donde no esté expuesto a la luz solar directa. El aceite de oliva no debe guardarse nunca en el frigorífico, ya que se comprimirá, enturbiará y espesará y perderá gran parte de sus nutrientes, así como su sabor y fragancia.
Cebolla
Las cebollas, al igual que el ajo, no necesitan conservarse en el frigorífico, pero se conservan muy bien sin refrigeración en un lugar fresco y seco, alejado de la luz solar directa. Si los ponemos en la nevera, se vuelven duros y la humedad puede hacer que les salgan tallos, y por la misma razón también se enmohecen. Para poder comerlos con todas sus características y textura, es mejor sacarlos de la nevera.
Pera
La pera es una fruta que está madura nada más caer del árbol. Por eso, si se compran peras recién recogidas en la frutería, es posible que aún estén verdes y que deban madurar unos días antes de poder consumirlas. Sólo hay que dejarlos en el frutero a temperatura ambiente en un lugar fresco y seco, fuera de la luz solar directa. Si los metes en la nevera, el frío no permitirá que maduren y no podrás comerlos, y perderán su frescura, sabor y todas sus propiedades.
Pepinillos
Los pepinos encurtidos en salmuera son un buen aperitivo para picar o para acompañar un refresco o una cerveza. Son rápidos y fáciles de preparar y a todo el mundo le encantan. El líquido que se utiliza para conservarlos, agua con sal o vinagre, es más que suficiente para que no sea necesario conservarlos en la nevera. Puedes conservarlos fuera del frigorífico, siempre que no viertas el líquido del tarro. Caben en cualquier armario.
Patatas
Las patatas son tubérculos que crecen bajo tierra en un entorno muy oscuro y húmedo. Así que sólo necesitan un lugar seco y oscuro para no estropearse. Si las pones en la nevera, el almidón que contienen de forma natural se convertirá en azúcar mucho más rápido de lo normal. Por supuesto, es muy importante sacarlos de la bolsa antes de guardarlos, ya que pueden pudrirse muy rápidamente cuando están envueltos en plástico. Lo mejor es buscar una despensa o un armario y meterlos en una caja de cartón o de madera.